jueves, 12 de marzo de 2009

Sufriente perdedor falaz

Ya es común entre mis amigos que se arme una buena cuando pierdo algo. Ocurre que no sé por qué, pero la mayor parte del tiempo pierdo todo. Tengo la cabeza en cualquier lado y los que me conocen y me estiman un poco, ya casi se han resignado y recogen mis bártulos, para amontonarlos más o menos cerca de donde esté. Es chistoso para ellos, dicen, porque me vuelvo loco y me pongo a hacer escándalo si lo perdido no aparece, pero es que no comprenden que es una impotencia tremenda la que baja cuando algo desaparece.
Yo sé que después de un tiempo largo, ya se vuelve casi una resignación decirle a Remus que tiene su espacio, que no deje sus cosas tiradas, que ordene el cajón para que no ande buscando las cosas después, pero lo siguen haciendo y vale por eso.
El dramón llega cuando estoy solo y cosas tan gravitantes como el bastón o las llaves han desaparecido. Las manos sudan, el humor se agria, la razón se va a buena parte, para dejar un energúmeno loco que busca y busca, generalmente sin éxito. ¡Odio que se me pierdan las cosas! Y ¡qué complicado explicar el alivio casi orgásmico que deviene enseguida de haberlas encontrado!. ¿Será que busco perderlas inconscientemente sólo para sentir ese alivio?

2 comentarios:

psikoloka dijo...

Sera toda una experiencia ....Disfrutare cada palabra....
Besos...

Remus Albus Vel dijo...

Graaacias por aparecer por acá, linda y por compartir tu espacio conmigo. Ojalá lo sea y podamos plasmar el año por aquí. un abrazo grande.