sábado, 21 de marzo de 2009

"Bienvenido al brujismo"

Ayer fue un día bastante intenso, principalmente porque hice mi primera incursión en prácticas educativas hasta hora vilipendiadas acérrimamente por mí. Expulsé a un alumno de clases y al margen de que no me arrepienta ni un poco de ello, no puedo dejar de reprocharme y de pensar que es un paso hacia un camino que no quiero, que es una medida tan absurda como retrógrada. Creo que efectivamente puede dar resultado, en tanto se logre girar la máqina hacia la dirección que buscamos quienes tenemos el encargo de formar, pero me dolió hacerlo. Intenté mostrarle después que ser rebelde sin causa y sermoneado por las autoridades en forma constante no es ningún motivo para sentirse orgulloso; que ser líder en un grupo humano implica una responsabilidad; que no era “A la personal” y que lo necesitaba para construir juntos el camino, pero no me atrevo a cifrar mis esperanzas en la conversación, porque yo también fui chico y aunque recuerdo esas conversaciones con cariño, no puedo dar fe de cambios inmediatos.
“Bienvenido al brujismo” me dijeron, “A veces hay que hacerlo” me dijeron y para mi tranquilidad, quiero dar crédito a la experiencia de las personas que llevan más años de circo. No quiero que forme parte de mi impronta pedagógica bajo ningún punto de vista y supongo que me quedan vueltas que darle. De momento, creo que fue lo mejor, al margen del costo transitorio que tenga en mi persona, porque a fin de cuentas, ellos son los verdaderamente importantes, pero necesitan agentes formadores y no amigos buena onda.
Después, casi al final del día, me junté con mi grupo de siempre. Fue un momento grato y pudimos comentar sobre el inicio de nuestros procesos, compartir penas y reírnos un rato. No sé, no quiero caer en afectaciones demasiado extremas, pero estos tipos son buena gente y se les quiere, necesita y considera en la vida de este tipo que ahora escribe y que no siempre sabe como expresarlo.
En fin, se viene otro finde y ojalá sea bueno. Abrazos para todos.

2 comentarios:

Marcela Romero dijo...

mmm la dulzura,no abunda, y ellos la extrañan.Compartiendo tu preocupación, hoy pienso que antes de abrir la puerta de la sala cabría preguntarles,¿Ud. se siente querido? ¿Es ud. escuchado en su casa?(...)si la respuestas es SI, entonces está aburrido en clases y debe ir a tomar agua al menos, pero si su respuesta es NO,la sala es un espacio con pares que pueden escuchar y mostrar amor, seguramente si avanza la conversación y tus contenidos se atrasan, podrás citar un buen libro donde esté impregnada la subjetividad que allí se expresa y lo relacionarás con el aprendizaje pendiente...y de paso, ganarás el respeto que se da y que no se impone...yo no estoy por el brujismo, no te dejes alcanzar...

Remus Albus Vel dijo...

Muchas gracias profesora. Comparto plenamente lo que piensa, pero sé igualmente lo complejo que es en la realización del trabajo. Quizá lo más desafiante de todo este asunto sea que ciertamente hay otro camino. Sepa que intentaré seguirlo y no caer en el brujismo, pero que no me atreveré a jurarlo de guata, porque sé que no es tan simple hacerse cargo de un discurso como éste. Lo que sí sé con certeza, es que el día en que me dé cuenta de que no estoy siendo honesto con mi propio discurso pedagógico, en que se me olvide que estoy formando personas libres, amantes y responsables,pues me retiraré sin opción, porque de profesionales con un discurso prestado que les queda incómodo está bien lleno el sistema y no quiero ser uno más. Gracias por todo otra vez.