viernes, 24 de julio de 2009

De malas

Estoy chato y de mala leche. Son pequeñas tonterías que se han juntado para que mi estado de ánimo se vuelva agresivo y apático. No sé, siento que en estos últimos días, han pasado cosas con amigos y familia, unas serias y otras no tanto. El dramón es que a mí no me dura mucho la mala leche y se me olvidan a medias las hueás importantes y después, por cualquier nimiedad afloran otra vez y se vuelve un todo.
Ahora mismo, creo que me cuesta separar y por tanto actuar al respecto. Siento que se me recibe en códigos que no transmito; que no se demoran nada en juzgar, y se olvidan que soy yo y que sus impresiones son casi como de otra persona. No sé cuánto de responsabilidad tenga en ello, porque no quiero transformar esto en un culpar culpar y culpar sin ningún sentido. Lo que sí sé es que no se me quita la sensación odiosa de traición, de ganas de no pescar y rabia por no poder hacerlo. Me da pena asumir que soy un rencoroso también, que no me resulta fácil hacer borrón y bla y que no tengo la suficiente madurez para priorizar hasta en mis enojos.
Tenía pensado hacer un post con Harry Potter 6 y mi viaje a Linares, pero estoy muy picao y quizá lo deje para después. Hasta me da lata escribir esto, pero quiero que opere como desahogo. Resuena en mi cabeza un “jódanse” pero sé que normalmente cuando uno está enojado con mucha gente, es uno el que debe analizarse. Bla bla bla.
Se acaban las vacaciones y me da rabia y pena comenzar el segundo semestre con lata otra vez. Me largo ahora y cuando la danza sea más fluida, volveré a escribir.

sábado, 11 de julio de 2009

Fin del primer semestre

acabó por fin el primer semestre y lo único que puedo hacer como respuesta es suspirar de alivio. Ha habido realmente de todo, pero no sé, he escuchado que a mucha gente le ha parecido un semestre durísimo en muchos aspectos y yo concuerdo plenamente.
La pega está, por lo que hay que agradecer, pero qué dispersa y complicada. Todos los días me digo que no es tanto lo que hago, pero puta que me cuesta mantener las cosas en orden, porque aún cuando llevo ya varios meses con mis queridos alumnos, no he logrado estabilizar completamente el barco y sigo temiendo que naufrague de un momento a otro. Naturalmente continúo, pero con el temor e inseguridades bien presentes. Mentiría si dijera que todo va regular ahí, porque he conocido gente estupenda con quien me encanta compartir, personas que aman lo que hacen y que todos los días, entre los dolores de cabeza que nos proporcionan nuestros “niños” la preparación de material y todas sus vidas, se hacen tiempo para pasar buenos ratos, para compartir las cosas y para hacer real el discurso de la institución a la que pertenecemos. Ellos no leen esto, pero a mí me hace ilusión pensar que pueden sentir mi cariño cada vez que nos encontramos.
Las otras pegas en la universidad son un placer extraño al que no me gustaría renunciar, porque pese a lo pequeñas que son, me hacen feliz también y los dolores de cabeza que me proporcionan, le dan sabor a la cosa los días en que no estoy en el colegio. No sé cuán parecido será el segundo semestre en ese particular, pero tengo esperanzas en nuevos proyectos, que espero puedan concretarse bien. Hay temores también, por lo que espero tener el valor necesario para afrontarlos.
Con respecto a lo familiar… creo que no hay mucho que hacer a ese respecto, así que bla… estamos y hay que puro avanzar, aunque a veces den puras ganas de mandar todo a lugares que no se verían bien escritos aquí.
Sobre lo emocional… mejor corramos un tupidísimo velo para que no se escapen ciertas cosas. Se ha remecido todo y está bien. Sólo queda esperar y no ser estúpido más tiempo del estrictamente transcurrido.
Nada, tampoco es que tenga muchas ilusiones en estas superanheladísimas vacaciones, pero bueh… algo se hará e ideas no faltan. Ojalá que el nuevo semestre sea bueno, porque quiero avanzar y esto de estar como pegao a ciertas cosas me angustia. Ya veremos en diciembre cuando haya que contrastar.
Saludos grandes y el ya tradicional abrazo, prueba de mi ego monumental y de lo irresistible que me creo, como dicen por ahí. Am, y esta canción me gusta mucho y no se me ocurre ninguna otra razón más que esa para ponerla aquí, aunque claro, podría ser una, que la escuchaba así como al pasar en el metro y no sabía de quien era, pero que no sé por qué nunca pedí que me leyeran el nombrecito en las pantallas. Napus, así como por casualidad y el buen oído de un amigo, la pude encontrar y ahí está.
http://www.youtube.com/watch?v=ow6osGF3RVc

sábado, 4 de julio de 2009

una película y un final

Lo rico de estos días un poco fríos, es que mi cuerpo se pone exigente y tengo que quedarme más horas acostado, con mucho calorcito e ideas para pasar el tiempo. Esta mañana, gracias a la buena onda de un amigo, pude ver una película que hace rato me tenía curioso. Se trata de “La niebla” o “the Mist” basada en un cuento homónimo de Stephen King. Es una película bastante nueva, para los parámetros de desfase con que yo las veo.
Normalmente, habría elegido para ello la noche y un grupo de amigos, pero la verdad es que con suerte he podido quedarme lo justo para leer y conversar un poco en la noche, porque no doy mucho por estos días; con respecto a los amigos, no sé si a ellos les habría gustado una película como esa.
Es una historia bien apocalíptica, con todos los elementos típicos del género, pero con el sello inconfundible del rey, porque el terror plausible de las horrendas criaturas que merodean y atacan a las personas, comulga perfectamente con el claustrofóbico ambiente en el supermercado, con las personalidades desbordadas de los personajes y el incesante parloteo profético-fanático de uno de ellos , elemento que contribuye mucho a aumentar la sensación de intranquilidad. Con todo, es el final lo que más golpea, porque al margen de que se aleje un poco del libro mismo, logra dar el efecto final a la película y al menos en mi lectura personal, fue el golpe de gracia que me dejó la actual sensación de angustia.
A mí el cuento me gustó mucho y su final esperanzador me había sabido bien en el momento que lo leí. Sin embargo, justifico plenamente la variación de la película, así como todos los cambios que se le hicieron. Una buena adaptación a mi juicio, con una música muy acorde y con los detalles justos.
Sin embargo, han pasado más cosas y quizá una de las más importantes es que hemos dado término oficial al taller de Braille, instancia de la que ya he hablado en este espacio. Fue una bonita sesión final, mejor de lo que yo mismo esperaba, a decir verdad, y es que este semestre ha sido menos sencillo que otros realizar el taller, básicamente, porque hemos estado algo agobiados con pegas y no hemos tenido todo el tiempo necesario. Con todo, hay muchas cosas positivas que rescatar, como la excelente disposición que mostraron los alumnos, el trabajo siempre comprometido y cariñoso del equipo y, obviamente, los miembros nuevos que se incorporarán a él. Creo que a nivel de inclusión, hicimos lo que pudimos; obviamente, nos habría gustado ser más hábiles, pero también para nosotros esto es un aprendizaje cada vez y ésta experiencia de taller , aún más. Nos quedamos con un sabor agradable, de fuerza, ganas de trabajar más y casi casi de misión cumplida.
Hay harto que mejorar, pero mucho también por lo que alegrarse. Mil gracias a los que lo hicieron posible e invitados están desde hoy para el próximo. OK, eso de momento, un abrazo grande a los que leen esto y nos estamos viendo.

miércoles, 1 de julio de 2009

¿Porcino?

“Era el tercer recinto, el de la lluvia eterna, maldecida, fría y densa:
de regla y calidad no cambia nunca. Grueso granizo, y agua sucia y nieve descienden por el aire tenebroso; hiede la tierra cuando esto recibe.
Cerbero, fiera monstruosa y cruel, caninamente ladra con tres fauces sobre la gente que aquí es sumergida.
Rojos los ojos, la barba unta y negra, y ancho su vientre, y uñosas sus manos:
clava a las almas, desgarra y desuella.
Los hace aullar la lluvia como a perros, de un lado hacen al otro su refugio, los míseros profanos se revuelven. (…)
Íbamos sobre sombras que atería la densa lluvia, poniendo las plantas en sus fantasmas que parecen cuerpos
En el suelo yacían todas ellas, salvo una que se alzó a sentarse al punto que pudo vernos pasar por delante.
«Oh tú que a estos infiernos te han traído me dijo reconóceme si puedes:
tú fuiste, antes que yo deshecho, hecho.»
«La angustia que tú sientes yo le dije¬-
tal vez te haya sacado de mi mente, y así creo que no te he visto nunca. Dime quién eres pues que en tan penoso lugar te han puesto, y a tan grandes males, que si hay más grandes no serán tan tristes.-
Y él a mí «Tu ciudad, que tan repleta
de envidia está que ya rebosa el saco, en sí me tuvo en la vida serena.
Los ciudadanos Ciacco me llamasteis;
por la dañosa culpa de la gula, como estás viendo, en la lluvia me arrastro.
Mas yo, alma triste, no me encuentro sola, que éstas se hallan en pena semejante por semejante culpa», y más no dijo.” (Dante Alighieri: La divina comedia. Infierno, Canto VI).

Sólo una vez, cuando niño, estuve tan complicado del estómago como por estos días, pero al igual que entonces, me lo tuve bien merecido. No hay ninguna justificación para la “chanchada” brutal de este fin de semana y lo más terrible, es que en ambas circunstancias, me advirtieron. Vamos, pero ¡es que me encanta comer! No me alcanza a elevar, como a un amigo, pero me encantan las cosas ricas y poco sanas. Debería recordar con más frecuencia lo que les espera a los golosos en el infierno de Dante. No sé como el poderoso influjo que ese libro ejerce sobre mí no me alertó a tiempo.
La molestia fue tal, que tuve que suspender mis actividades, porque entre arcadas con buenos resultados y malestar general, era bien poco seguro asistir a dar clases. Era un poco ridículo decirle a todo el mundo que era la guata… que no fueran a creer que era la porcina… que me recuperaría pronto.
Sin embargo, puedo agradecer el tiempo que se me dio para pensar, para detenerme un rato en esta carrera de fin de semestre y darle una vuelta a algunas estupideces que continúo haciendo aunque me dañan. Descansé y creo estar listo para el último empujón de este semestre, que del otro, aún no quiero ver absolutamente nada.
Intento darle también a la escritura de aquel texto loco, pero se me resiste bastante y tampoco la sopa de pollo y el pollo magro sin nada hacen milagros ¿No? Ok, me despido de momento, que ya escribiré para contar cosas mejores, espero.