lunes, 30 de marzo de 2009

palabra

Creo firmemente en la palabra y en todo ese rollo de que con ella se puede construir realidad, dar existencia; creo en ese poder liberador que sólo la palabra posee y que se nos otorgó como magnífico don en el principio; creo que con sus matices se puede mover el mundo, engendrar proyectos, buscar ideas y sofocar los malos días, pero sobre todo, creo en sus límites. Creo en la prisión que constituye para la palabra una canción, un beso, una puesta de sol o una sonrisa afectuosa. Eso la hace más grande, porque en su necesidad llama al cuerpo, a los gestos y se despliega en una boca, en una pluma diestra que la pueda moldear con cuidado, pero sabedora desde siempre que no alcanzará esa esencia tan suya, pero tan lejana.
Hoy traté de explicarte, de decirte a otro, pero no pude. No pude, porque me di cuenta de que al tratar de darle existencia a mi ideal, mi película si quieres, ésta se resistió a ser creada, a recibir la vida que le entregaría el ser dicha. No sé por qué eso me produjo tristeza, quizá, porque me doy cuenta de que me estoy protegiendo, de que al protegerme, quizá lo hago incluso más real.
Digamos que estoy un poco confundido, pero no dejo de agradecer que ese … no quiera aparecer, porque entonces, ya no habrá vuelta atrás.

viernes, 27 de marzo de 2009

Abril

Abril tiene un sonido como de agua que corre, como de lluvia o de río pequeño. Siento que se aproxima su fluir y esa idea me llena de nostalgia. Cuesta estar quieto cuando esperas un cambio, cuando quisieras que ese fluir se llevara ciertas cosas y te trajera otras. Mientras lo siento llegar, me duelo de mi estado actual, de la lata constante, de la inseguridad puta que me sobreviene por las noches y de la angustia y vulnerabilidad que he aprendido a esconder ahí bien lejos, donde no la vea nadie. Siento que me he vuelto triste, un poco amargoso también y me rebelo contra eso. Quisiera no temerle a ese fluir, quisiera poder refrescarme con él, animarme con él y su fuerza vital, pero es que duele darse cuenta de que echas de menos un abrazo, que necesitas un momento de complicidad natural, o simplemente, que necesitas algo.
Unas gotas de abril necesito, que entibien esta existencialidad fría, con el calor de lo nuevo, de la seguridad y el motivo, porque hoy yace frío en un lugar que no alcanzo y no encuentro formas para hacerlo.
Eres optimista siempre, dicen algunos, pero otros dicen con más acierto que no sé expresar lo que me pasa, que nunca digo nada, y es que tenía refugios, pero ahora están rotos, quizá como yo mismo en cierto modo.
Si llegas, Abril, que sepas mi temor, pero sabe también de mi anhelo, porque hay cosas que limpiar, para volver a construir. Ven y acompáñame, para ver si le damos una vuelta a esta trágica idea.

Llueve en el sur, me dice una amiga. Seguro será que vienes despacio, abril. Avanza hacia acá, pero hazlo despacio, para que no se me olvide que te esperaba y pases por mi lado sin que te vea, mientras corrijo pruebas, peleo con la gente y sufro como un cobarde. Sopla despacio y escucha, pero sólo un rato, no sea que te convenza con mi verborrea de cualquier estupidez, llévame por ahí y conversemos sobre lo que ahora pienso y me cuentes también algo, que me haga reír y me recuerde que no todo está tan mal y que siempre se puede repensar e intentarlo otra vez.

lunes, 23 de marzo de 2009

un gordo sinsentido

Hoy nuevamente he podido avanzar en el escrito aquel y eso me pone bastante feliz. No sé, esto de volver a las pistas me ha hecho bien, porque al margen de lo bueno o malo que salga, lo disfruto mucho. De igual forma, hoy he vuelto a contar cuentos y no sé… es un placer estupendo ese. Creo que salió bastante decente, aunque de pronto se me escapaban los personajes que estaba actuando.
No obstante, eso no es lo que más ha hecho sentido en mi día. ¡Dios mío, qué gordo estoy! Esa fue la frase que solté a la mitad de la noche y claro, prendió todo el mundo y se pusieron a comentar mi estado físico. La cuestión es que decidí ponerme a dieta, al menos discursivamente, veamos qué pasa. Destaco, obviamente, a riesgo de no ser creído, que es por una cuestión de salud.
Abrazos para todos. Nos veremos a la otra, en un post menos… hem…. ¿Post moderno?

sábado, 21 de marzo de 2009

"Bienvenido al brujismo"

Ayer fue un día bastante intenso, principalmente porque hice mi primera incursión en prácticas educativas hasta hora vilipendiadas acérrimamente por mí. Expulsé a un alumno de clases y al margen de que no me arrepienta ni un poco de ello, no puedo dejar de reprocharme y de pensar que es un paso hacia un camino que no quiero, que es una medida tan absurda como retrógrada. Creo que efectivamente puede dar resultado, en tanto se logre girar la máqina hacia la dirección que buscamos quienes tenemos el encargo de formar, pero me dolió hacerlo. Intenté mostrarle después que ser rebelde sin causa y sermoneado por las autoridades en forma constante no es ningún motivo para sentirse orgulloso; que ser líder en un grupo humano implica una responsabilidad; que no era “A la personal” y que lo necesitaba para construir juntos el camino, pero no me atrevo a cifrar mis esperanzas en la conversación, porque yo también fui chico y aunque recuerdo esas conversaciones con cariño, no puedo dar fe de cambios inmediatos.
“Bienvenido al brujismo” me dijeron, “A veces hay que hacerlo” me dijeron y para mi tranquilidad, quiero dar crédito a la experiencia de las personas que llevan más años de circo. No quiero que forme parte de mi impronta pedagógica bajo ningún punto de vista y supongo que me quedan vueltas que darle. De momento, creo que fue lo mejor, al margen del costo transitorio que tenga en mi persona, porque a fin de cuentas, ellos son los verdaderamente importantes, pero necesitan agentes formadores y no amigos buena onda.
Después, casi al final del día, me junté con mi grupo de siempre. Fue un momento grato y pudimos comentar sobre el inicio de nuestros procesos, compartir penas y reírnos un rato. No sé, no quiero caer en afectaciones demasiado extremas, pero estos tipos son buena gente y se les quiere, necesita y considera en la vida de este tipo que ahora escribe y que no siempre sabe como expresarlo.
En fin, se viene otro finde y ojalá sea bueno. Abrazos para todos.

miércoles, 18 de marzo de 2009

cuestionado, pero no.

Resistí bien el primer asalto, pero no sé si alegrarme o entristecerme por ello, pues la necesidad siempre está y bueh… es grandeza asumirla. El problema es que uno es pequeño y se destruye frente a esa verdad.
Hoy he sido evaluado en mi quehacer laboral y fue una experiencia bastante desagradable. No sé bien qué parte de ello me entristece, porque yo mismo había estado pidiéndolo. Creo que es mi ego golpeado y traicionado el que se queja como un ratoncito con la pata aplastada. Digamos que no fue tan distinto como ha sido siempre, pero, no sé, duele un poco que se confirme el temor de que no va a funcionar y que el amor se te va a buena parte también.
En estricto rigor, el asunto no es tan serio, pero mi condición de ansioso y ultra ultra autoexigente me tiene medio de malas. Creo que lo tomaré como un ejercicio de mesura y control y estaré diciéndome constantemente, “Remus, si tiene que pasar, pues va a pasar” a ver si a fuerza de repetirlo, me lo creo.

martes, 17 de marzo de 2009

Persiguiendo palabras

Estoy sentado frente al computador, la tele transmite una mierda de videos de accidentes y sudo muchísimo. Ignoro por qué, pero este estado de quietud culpable pone en mi cabeza libros existencialistas y cosas más o menos deprimentes. Acabo de comer, estoy ultra pajero y no quiero hacer nada.
Sin embargo, me acuerdo de ayer… después de tontear un rato en la u, luego de haber terminado mis planificaciones, me largué solo a la salita de estudios y me puse a escribir. Mucho té frío antes, Secrets leters y las palabras fluían como las notas altas y afinadas de ese Japonés. Un momento grato, acompañado de la cálida conversa virtual de un amigo. No siempre funciona y de hecho, la mayor parte de ocasiones que dedico a escribir, tengo que cazar palabras, masticarlas, y cachar si encajan, meterlas por ahí y por allá hasta formar la masa que quiero.
Demonios, no quiero hacer nada y tengo calor… tengo susto de que mi tranquilidad artificial se desmorone otra vez, pero ya veremos. Quizá postee a la noche para dejar constancia de evolución.

sábado, 14 de marzo de 2009

Canto y lata de sábado por la mañana

Hoy me he reincorporado en forma oficial al coro donde canto y para mi vergüenza, lo hice atrasado… espero que no sea un presagio. ¡Por dios que cantan lindo estos cabros! Hoy en particular, uno logró que se me pusiera la piel de gallina y me acordara de por qué he decidido seguir allí, redescubrir que también es posible servir cantando.
Nada, sólo señalar que mi sábado ha estado aburridísimo y que bueh… espero vengan días más entretes. Abrazos para todos.
Por cierto, hay una canción que me tiene ralladísimo y es raro, porque cuando la escuché por primera vez no me produjo absolutamente nada. Ahí va un link a una versión en vivo, porque aún no sé vincular como corresponde.
http://www.youtube.com/watch?v=E782nGHOr5s

viernes, 13 de marzo de 2009

A pequeños soles.

Hoy ha sido un día raro. Básicamente, porque sentí el peso del cansancio semanal de una forma nada sutil al llegar la tarde. Mi humor se malogró y los cercanos acusaron el golpe con estoicismo, como siempre. Curioso, porque hoy también he recibido una noticia que me a entibiado el corazón, poniéndole esperanza a estos días.
Hace algún tiempo ya, una amiga y yo estamos realizando juntos un taller de lecto-escritura braille en la Puc, para estudiantes de educación y para quienes compartan con nosotros la tan bullada política de la inclusión y todo aquel discurso que vende tanto como poco pesa. Este taller es gratuito y hemos disfrutado a concho la experiencia, aprendido mucho de los mismos estudiantes y fortalecido en nosotros mismos la certeza de que es la educación el camino más viable para conseguir el objetivo, más allá de lo meramente bonito y para el bronce. Pues bien; dentro de la evaluación que hicimos del último semestre, propusimos que este modelo se replicara, pero en otro campo de las NEE, tan abandonado por el sistema regular como el que más. Éste es la sordera y gracias al esfuerzo de Dge, vida universitaria de la UC, quizá contemos también este semestre con un taller similar, gratuito para estudiantes, en post de hacernos cargo de nuestro lema de “Educación para todos”.
Es muy complicado para mí explicar lo que me produce y espero que el encabezado del post permita dar luz sobre ello. No quiero entrar en el juego de describirles todo lo que hacemos para que nos pesquen en algunos lugares, pero me interesa que sepan que es una alegría inmensa y que siento que avanzamos despacio, pero avanzamos, gracias a la apertura de algunos, al cariño de otros y a la consecuencia de gente que trabaja por lo que cree. Vaya un abrazo inmenso a todos ellos, de mucha energía, porque este semestre se viene con todo y la necesitaremos.

jueves, 12 de marzo de 2009

Sufriente perdedor falaz

Ya es común entre mis amigos que se arme una buena cuando pierdo algo. Ocurre que no sé por qué, pero la mayor parte del tiempo pierdo todo. Tengo la cabeza en cualquier lado y los que me conocen y me estiman un poco, ya casi se han resignado y recogen mis bártulos, para amontonarlos más o menos cerca de donde esté. Es chistoso para ellos, dicen, porque me vuelvo loco y me pongo a hacer escándalo si lo perdido no aparece, pero es que no comprenden que es una impotencia tremenda la que baja cuando algo desaparece.
Yo sé que después de un tiempo largo, ya se vuelve casi una resignación decirle a Remus que tiene su espacio, que no deje sus cosas tiradas, que ordene el cajón para que no ande buscando las cosas después, pero lo siguen haciendo y vale por eso.
El dramón llega cuando estoy solo y cosas tan gravitantes como el bastón o las llaves han desaparecido. Las manos sudan, el humor se agria, la razón se va a buena parte, para dejar un energúmeno loco que busca y busca, generalmente sin éxito. ¡Odio que se me pierdan las cosas! Y ¡qué complicado explicar el alivio casi orgásmico que deviene enseguida de haberlas encontrado!. ¿Será que busco perderlas inconscientemente sólo para sentir ese alivio?

miércoles, 11 de marzo de 2009

Viajero parlanchín

Después de la patada en nuestras partes nobles que fue el alza del pasaje para el metro, ha sobrevenido algo que aún cuando no alivia para nada el asunto del bolsillo agonizante, sí contribuye a hacerme más feliz. Sucede que ya sea por una política institucional, ya por la buena voluntad de algunos, han comenzado a anunciar las estaciones que hasta hace poco tiempo no pescaban, es decir, casi todas.
Es ultra bacanoso escuchar las distintas formas en que lo hacen, el color que le ponen o incluso, el desgano con que algunos (son los menos) le dan al cuento. Para mí, constituye la concreción de algo que habíamos estado pidiendo hace ya varios años y un paso en la política que promulgamos unos cuantos.
Lo curioso es que ahora ya no tengo excusa para conversar con la gente, para que me cuenten sus historias y pasarme un buen rato viajando. Me preguntaba entonces, ¿Cómo sería mi vida si desapareciera el factor pedir ayuda?
Seguramente sería mucho más hosco mi rostro en el metro, seguramente sería mucho menos copuchento, porque tampoco me da el cuero así como pa llegar y entablar una conversa sin ningún motivo que la genere. Pero bueh… es una timidez absolutamente irrelevante si se considera el núcleo del post.
Si esta nueva implementación no es más que el resultado de la buena voluntad de muchos, nos quedará rogar por la constancia de la misma, para su perdurabilidad en el tiempo. Si por el contrario constituye una medida institucional, pues extiéndanse mis agradecimientos a los gestores, así como mi en hora buena, porque señores, hemos avanzado.

PD: Del horario express hablaremos en otro momento, porque aún me duele todo de sólo pensar en comentar aquello de líneas verdes y rojas y estaciones intermedias y es que el helado de pistacho y chocolate que me comí con amigos estaba demasiado rico pa agriarlo. Abrazos a todos.

martes, 10 de marzo de 2009

¿Termina el tránsito?

Más de un año es mucho tiempo, más de un año es mucho hilo que cortar en una madeja y han pasado hartas cosas a las que me referiré en términos breves.
Tras una búsqueda intensa, llena de absolutamente todo, encontré trabajo en un colegio. No hablaré mucho de ello en este post, pues constituye un eje central de mi vida actual, por lo que sabrán de ello de todas maneras. Trabajo también en una universidad, gracias a la confianza de gente muy valiosa.
Quizá lo que más he aprendido de este tránsito es que la ayuda llega de quien menos esperas y muchas veces los discursos que crees sólidos no son más que eso, discursos que de tan sólidos que son, se fosilizan hasta dejar de moverse, de vivir y de tener la fuerza que da la acción y el compromiso. No ha sido fácil y ahora tampoco lo es, quizá porque también me he acercado a comprender que el ideal no es más que eso y aunque he desarrollado una curiosa tendencia a olvidarlo, mi naturaleza romántica subconsciente lo saca a cada rato de donde intento esconderlo. Trato de aprender más todos los días, para no desistir, porque a veces no sólo no es fácil, sino que directamente muy complejo y aunque estoy muy cierto de que mi posición es mucho mejor que la de varios, demasiado a menudo afloran las inseguridades, los miedos y todo lo imaginable que puede cristalizarse en trabas.
Había decidido no escribir más en este espacio, pero comprendí que no era necesario cortar con algo que me gusta y que a lo sumo me sirve como ejercicio. Nunca termina el tránsito, pero eso es algo demasiado sabido también para extendernos. No prometo actualizaciones frecuentes, no prometo actualizaciones alegres, ni tampoco transformarme en un chico deprimido y amargoso. Intentaré escribir con frecuencia, contándoles lo que ocurra, lo que vea y cosas de esas. Gracias por pasar por aquí y preguntar, y supongo que tiempo habrá para ser extenso, jugoso en los cuentos y demases.
Un abrazo bien grande y nos vemos a la otra.