lunes, 26 de octubre de 2009

Apoyos, muchachos

He dejado de escribir por estos días, pero ganas no me han faltado.
En este post, sin embargo, no me extenderé sobre mi vida, mis conflictos o desafíos personales.
Escribo para contarles que mañana, martes 27 de octubre de 2009, se realizará la colecta en beneficio de La corporación de grabaciones para ciegos. Esta institución cumple la labor de grabar en formato audible literatura para las personas ciegas.
El servicio que realizan se cimenta en el voluntariado y al tratarse de una organización no del todo gubernamental, se sostiene en su mayor parte, gracias a las donaciones de particulares.
Es difícil abarcar todo lo que nos genera su existencia, pues no sólo trata de acercarnos a la literatura; brinda además capacitaciones en computación e inglés y se constituye como un centro en el que las personas ciegas podemos compartir e interactuar, con el fin de desarrollar en nosotros autonomía, colaboración mutua y un sentido de inclusión en la sociedad actual.
Es un espacio cálido, donde se transparenta el sentido vocacional de las personas que allí trabajan. Creen en nosotros, apoyan nuestras iniciativas y están allí para escuchar cuando hace falta.
Quisiera hacer extensivo el llamado de la corporación, con el fin de que podamos compartir su labor y ayudar a que ésta continúe. Mañana muchos saldremos a las calles a recolectar los aportes ciudadanos, por lo que nada, si ven a los muchachos, toda la ayuda será bienvenida.
Obviamente, esta situación puntual no es el único modo de ayudar. La corporación está en constante necesidad de voluntarios que quieran leer en voz alta para otros, ya sea desde su casa o con los mismos usuarios.
En fin. Siempre es posible ayudar y la lectura hecha con cariño es un excelente modo de hacerlo, sin perjuicio de que las lucas sean también ultra bien recibidas.
Bueno, espero que sea un día fructífero para los que saldremos, que se logre lo que se necesita y a ustedes, les dejo el link para que se interioricen sobre el trabajo de la Corporación.
Un abrazo grande.
www.ciegos.cl

sábado, 3 de octubre de 2009

Manos generosas

En algún momento de mi vida, me obsesioné con tus manos. No sé bien por qué, pero las veía en las manos de otros y me las imaginaba grandes y fuertes. Eran momentos extraños, de preguntas y definiciones, de lágrimas que resbalaban por certezas. Entre todo eso, tus manos estaban y aunque tenía que verlas cerradas, casi en puños hostiles, se me aparecían abiertas, en una invitación muda para acercarme, esperanzándome con descubrir unos brazos igualmente generosos.
Pasaron esos tiempos y tus manos nunca se fueron. Desaparecieron en el trajín, para forjar destinos, para ofrecer proyectos que parecen opacos ante los signos de nuestros días. No sé cuantos decidieron recibirlos, pero sí sé que aún cuando estoy cierto del rechazo que debiste ver en muchos, sigues mostrando esas manos, llenas de los mismos proyectos, ma´s agrios que dulces, en apariencia, pero llenos de amor.
Tomé mi propio proyecto, con la ilusión viva de no alejarme del que tus mismas manos forjaron para mí al principio y hoy, abrumado por las dudas, he vuelto a acercarme. Nunca me he ido, como seguramente sabes, pero hoy ya no son tus manos las que veo.
Tus hombros han pasado a ocupar ese lugar, porque todo pesa, como pudiste notar cuando decidiste venir a darte una vuelta. Hoy son tus hombros los que reclaman mi atención, pues también tuviste que plegarte al lenguaje y sembrar esperanzas, crear realidad, y apoyado en esa certeza es que contemplo tus hombros, con una suerte de insano anhelo.
Reclamo tus hombros, porque los míos son frágiles, reclamo tus hombros, porque no sé llevar bien aquello con lo que me equipaste desde el principio. Reclamo tus hombros, porque mi propio egoísmo me hace incapaz de encontrar la forma de llevar con tu estilo las cosas que me abruman a diario y me atrevo a pedirlos, sabiendo perfectamente lo bajo de mi pedido.
Sé que al reclamar tus hombros me traiciono y doy traspiés en la racionalidad a la que tanto me aferro, pero al mismo tiempo, sé que también estás en esa racionalidad. Siempre estás y no te vas, nunca te vas y en la pena que surge por la noche, en ese manual de incomunicación que he empezado a construir también estás.
Quizá de verdad no te reclamo nada, sólo doy fe de tu presencia y declaro mi necesidad. Quédate, porque no es fácil, quédate, porque finalmente eres lo único que no pasa. Quédate, si quieres, porque definitivamente puedes.

http://www.youtube.com/watch?v=0u0EH6pTvrU