miércoles, 23 de abril de 2008

¡Feliz día del libro!

“Quien adquiere el gusto por la lectura no lo abandonará jamás. Y el que dice no tener tiempo para leer es el que nunca ha leído ni leerá, porque el lector es un ladrón de tiempo.”
(Jacqueline Balcells)

Hola. Por estos días, me encuentro en general intranquilo e inestable, marchando despacio (por no decir penosamente) por esta senda de tránsito sobre la que ya he hablado antes. Sólo me queda esperar que sea breve y estar hecho de una pasta dura, que resista este momento tan distinto para el que ningún discurso, por muy aprendido que esté, resulta satisfactorio. Igual, como siempre, un agradecido de Dios, porque si bien no ha estado muy placentera la cosa, sí he tenido mejor suerte que muchos.
Pero en fin. No vamos a permitir que mi acceso de emocionalidad arruine este momento raro en que me he decidido a actualizar y sólo diré para terminar, que en serio estoy super agradecido de las personas que me han apoyado en este tránsito; han sido muy valiosos sus momentos de escucha, sus palabras y sobre todo, su confianza indeleble en mí, que ni si quiera decae cuando yo mismo me siento con ganas de nada.
¡Pero vamos a otra cosa! No es casualidad que me haya decidido a actualizar hoy precisamente. Como muchos saben, (y otros no) hoy se celebra el día mundial del libro y del derecho de autor, conmemorando claro está, la muerte de Cervantes y Shakespeare, ocurrida en un día como hoy, pero hartos añitos atrás. (1616, para ser exactos).
Este año quisimos celebrarlo de una forma distinta y el marco se dio perfecto, porque fui invitado a participar en una actividad que se organizó en la facultad; allí, se leyeron cuentos, se recitó poesía y se escuchó música. A mí me tocó leer un cuento dramatizado y fuera de los nervios iniciales, todo marchó bien. ¡Grande cabros!
Imagino que a estas alturas, ya sabrán el motivo de mi actualización, fuera claro está, de contarles mis penas (jeje. Sí. Quiero hacerme eco del llamado masivo que hace todo el mundo a leer. Realmente, da lo mismo el qué en un principio, porque la práctica refina el gusto. Lean y lean muucho, porque pucha que abre el horizonte.
Yo sé que en este país los libros son caros y desgraciadamente esto constituye el principal agujero de todo lo que dicen las autoridades de educación sobre el incentivo de la lectura, pero “Dios siempre provee” como me dijo alguien una vez. Onda bibliotecas, libros digitales, amigos… en fin. Comprendo super bien la frustración que sienten algunos cuando ven los precios de los libros en tiendas, porque la sensación es similar a cuando quiero leer algo que no está transcrito, o digitalizado o grabado. ¡Que rabia!
Con todo, alguien escribió una vez por ahí que un buen lector siempre se hace el tiempo; yo agrego a eso, que una persona que tiene un mínimo interés por leer, siempre puede encontrar un librito por ahí disponible. Es una cuestión de voluntad, de agarrar ese gustito por la lectura, como dice Balcells.

En realidad, este post no tiene otro objetivo que expresar de algún modo mi gratitud por los libros; es que realmente por estos días son una de las cosas que más disfruto, porque si bien lo he hecho a lo largo de mis años, hoy por hoy se me hace casi imprescindible tener uno conmigo en el reproductor de mp3, en el computador y hasta en braille, por pesado que sea. Casi me resulta paradójico esto, porque aunque me reí alguna vez de lo que dijo un joven sobre que “los libros eran nuestros amigos”, he tenido que aceptarlo sin chistar.
Okis. Sería todo mis queridas y queridos. Tenía ganas de escribir algo sobre lo que estoy leyendo, pero mejor dejémoslo para otra vez, porque ya he escrito mucho. De momento, un abrazote gigante para todos, cuídense mucho y sean felices. Aahh y por supuesto, ojalá alguien reciba una rosa hoy, en honor a la vieja tradición.

domingo, 24 de febrero de 2008

¡Oooohhh qué vacacioones!

Así nomás es la cosa! Me faltan palabras para contarles cómo han estado mis vacaciones! La verdad es que han sido las más emocionantes, agitadas, divertidas, cansadoras y estupendas en muuchos muuchos años.
Vamos por parte entonces. Primero, les contaré que durante estos meses, la compañía de teatro en la que trabajo había estado planeando un viajecito íntimo a alguna playita de nuestro litoral. Pues bien, ese viaje salió y el lugar escogido fueron Las cruces. Recuerdo con risa y algo de nostalgia, cuando dije “Vamos a romperla nomás a las cruces!”, porque eso fue lo que hicimos, literalmente. Me entusiasmaba tanto sólo pensar la idea de una comunidad de topos viviendo juntos por una semana, cocinando juntos, saliendo juntos, tomando juntos y haciéndolo todo juntos. Era realmente emocionante de sólo pensarlo, porque estaba más que dispuesto, aunque, para qué negárselos, algo asustado de no estar a la altura del grupo, que está más que acostumbrado a estos mega carretes.
Y nos largamos pues, un día de mañanita, con un calor de la puta madre y miles de bolsos a nuestro alrededor. ¡Que asco más grande el Terminal!, si hasta me agrió el humor y consiguió que uno de nuestros compañeros perdiera la visera en la multitud que se la arrebató, sin importarle un pimiento nuestros gritos de protesta....
En fin, llegamos a la casita acogedora en que pasaríamos la semana y tras una ardua, ardua limpieza, comenzó la diversión.
Yo fui designado, (por mí mismo) como el ayudante de cocina, porque me había propuesto aprender. Realmente, fue un chiste, porque entre que picaba la cebolla muy gruesa, entre que no sabía picar cilantro, que tomaba las cosas con manos como de lana o jalea, y que para las croquetas usamos harina con polvos de hornear….. Igual la comida salió y…. bien bien rica a decir verdad. A todos nos tocó cocinar alguna vez, y qué rico sentir esa armonía en la que todos ayudamos en la medida de nuestras posibilidades y en la que realmente no importa nada si te equivocas, si no sabes, porque siempre hay algún amigo paleta que te enseña entre bromas, para que lo hagas tú la próxima vez.
Salíamos mucho todas las tardes y conocimos un lugarcito de empanadas realmente de la puta madre! ¡Qué ricas esas empanadas! Gordas, “caldúas” y no tan caras. Íbamos regularmente a la playita, aunque nos levantábamos harto tarde, a decir verdad.
Algunos hechos memorables.
Las noches en general no eran. La primera bailamos en la misma casa, con música de la radio, con traguito y animada conversación…. ¡Cómo desordenamos ese día, señores!…y ¡qué manera de reírnos!….
En otras… cantamos mucho (incluso con Bonjoby ) , conversamos mucho y sí! Lo diré…. No lo omitiré si es lo que piensan algunos de mis amigos…. Nos emborrachamos!
Yo particularmente tuve mi noche… qué manera de dar jugo! Cantando como bestia, tomando harto, y otras cosas que no procede contar aquí jejeje, pero nada serio, para tranquilidad de los mayores…. No, no hubo ni streep tease ni nada de eso, por fortuna para ellos, digo yo, así que corramos un tupido velo mejor. Como último acápite sobre esto, decir que es estupendo también saber que uno está en un grupo donde sabe que si algo pasa, los demás están ahí para ayudar y/o cuidar, si hace falta.
Otro momento memorable, me parece, fue nuestra ida a un pub de cartagua, donde nos trenzamos en un lío por culpa de unos tipos que no dejaron que escucháramos rock y que salieron en defensa de las cumbias villeras (así se llama) y el reggaeton, apagándonos a nosotros el wurlitzer, que no tengo idea si se escribe así. Nosotros estábamos cantando one de Metallica(yo chamullando un inglés indecente jeje) y anteriormente habíamos cantado y aplaudido otras, haciendo harto ruido la verdad, pero eso no justificó que cuando pusimos algunas monedas para aliviarnos de una sesión larga de reggaeton que había seguido a nuestro “one”, nos quitaran la música!
La cosa es que se armó nomás, y tres integrantes de la compañía fueron a reclamar nuestro dinero. Lamento decepcionarlos, queridos lectores, pero yo no participé de esa cruzada, porque cuando lo iba a intentar…. Recibí una mable caricia por parte de una de las mujeres que atendía y fui corrido a un lado. Igual ganamos y nos largamos con nuestros pesos a tomar la micro para regresar a nuestro refugio.
Otro momento interesante fue la visita a Isla negra, lugar célebre por ustedes ya saben quien, porque aún cuando no entramos en su casa famosa, sí disfrutamos de la playa y del lugar en general. Espero poder subirles pronto algunas fotitos interesantes.
Quiero detenerme por fin en el momento que me parece más significativo en las vacaciones, por lo menos en la parte de las cruces. El último día, en la noche, a Bonjovy, (uno de los amigos de la compañía) se le ocurrió dictar clases prácticas de conducción. Es difícil explicarles lo que sentí, desde el minuto en que fui invitado a ser alumno. Sólo para tratar de clarificar todo, les digo que siempre he querido manejar, evidentemente a velocidad alta, en un terreno amplio y todo eso; pero en estricto rigor, eso igual como que se relega un poco al terreno de los sueños y las fantasías, porque ¿a quién se le iba a ocurrir prestarle el auto a un topo pa que lo pruebe? Pues a Bonjovy sí que se le ocurrió y no sólo se lo prestó a un topo, si no a varios. Fue la raja, literalmente increíble, bacán…. Una sensación de poder cuando se pisa el acelerador y el motor ruge…. Una cantidad tremenda de adrenalina que no lo abandona a uno ni si quiera cuando se baja del auto…. No sé…. Cuando pude hacerlo partir…. Cuando sentí que el vehículo avanzaba, cuando lo hacía girar bajo las atentas instrucciones de Bonjovy…. Muy complejo de explicar, pero realmente fantástico. Sentir que logras mover por ti mismo esa máquina gigante, que eres tú el que, con ayuda y todo, la conduces es algo que no tiene precio, algo que merece la pena vivir. Quedé super emocionado después de eso y ahora que lo escribo, vuelvo a sentir algo de esa adrenalina que me acompañó todo el rato. Y es que, literalmente, estaba, como decimos los chilenos, “Con el poto a dos manos” jeje, porque el susto era grande, y las ganas de hacerlo bien, mayores aún. Sé que para los demás fue algo parecido y en serio, sólo agradecer a Dios, al grupo y a Bonjovy por la experiencia.
Finalmente me tuve que volver antes, ya que tenía otro viaje en carpeta, del que ya les contaré.
No tengo ninguna duda de que lo pasaron increíble los días que les quedaban, pero por mi parte, el tiempo que yo estuve, inolvidable, totalmente.

Los otros dos viajes fueron suuper la raja también, sobre todo el que hicimos a Mendoza! Lo pasamos estupendamente, y vaya que caminamos! dejamos los pies en la calle y el poto en el bus! En todo caso, literalmente nos reventamos caminando, comiendo, tomando y disfrutando mucho.
Por Dios! ¡Cómo están de baratos los libros y los discos en esa ciudad! ciertamente, por ese puro detalle, vale la pena ir mil veces! otro detalle son los vinos y los chocolates! qué forma de comer! No sé, ir a las bodegas de la zona, a las fábricas de chocolates es toda una experiencia, realmente, excelente. El único dramón es que ahora.... jajaj estoy muucho más gordo que antes y hum.... sin remedio! por mucho que me ofrezcan productos de herbalife que, al márgen de su efectividad, son carísimos jeje.
Otra cosa curiosa es lo rico que huele la gente por allá.... (mis instintos de lobo y de topo no fallan) síp olían rico rico las personas, claro que cuando vimos los precios de los perfumes lo comprendí perfectamente! jeje. en fin.
Linares....es difícl hablar del último viaje, porque si bien no tuvo tantas emociones, es el que más me deja que pensar hoy, ya al final de las vacaciones. ¡Cuánto cariño, señor! es difícil irse de ahí, porque se siente como a uno lo qieren por allá. sólo espero que ese mismo cariño me acompañe hoy, que empieza una etapa ´de tránsito, que espero sea breve.
Esoo pus mis queridas y queridos, espero actualizar prontito, porque me estoy yendo ahora en un par de horitas. ojalá no los haya lateado con tantas y tantas ególatras palabras… así que un abrazote inmenso inmenso.