sábado, 19 de mayo de 2007

Otras vueltas con Papelucho.

“El micro empezó a llenarse y llenarse con más gente. Algunos con cara aburrida, otros con paquetes y otras con chiquillos y canastos. Había un olor rico a cebolla y a un guiso desconocido.
La Ji me dijo:
-Tengo hambre, quiero comer de eso...
-Yo también -le contesté-. Cuando lleguemos al hotel comeremos harto.
-Es que no puedo aguantar -clamó.
-Entonces piensa en otra cosa -le dije para distraerla-. Por ejemplo piensa en que podemos chocar... -y ¡Paff!
Habíamos chocado.
La tremenda bulla de fierros se destiñó con los gritos de la gente y con la polvareda de arena que rebasó al micro. Por suerte habíamos chocado contra el cerro, aunque no tan por suerte porque la arena seguía entrando y entrando como pesada mazamorra inmensa que llenaba los huecos subiendo hasta el cogote.
La Ji había saltado con el golpe y estaba encaramada en la cabeza del chofer; yo asomado al revés por una ventana, es decir cara y brazos adentro y todos lo demás fuera. Lo malo es que pegado entre los vidrios y sin poder salir. También servía de tapón para que no entrara arena ni aire y la gente tosía con ahogo, hablando y escupiendo todo a un tiempo. Los pollos se habían arrancado del canasto y saltaban escarbando en la arena y cacareando picoteaban cogotes…”

Marcela Paz, Papelucho y el Marciano.

Y pasan las semanas….. y se nos viene el feriado! Espero tengan buenos panoramas para estas siempre bien ponderadas glorias navales, porque harto falta para otro!
Yo estoy avanzando, cada vez más cansado, por la ruta de la formación pedagógica. Creo que lo más duro de todo es no poder dedicar tiempo a las cosas que uno quiere, o a uno mismo. Es aún peor, cargar con las objeciones al estado de ánimo con el que uno anda por la vida, porque evidencian falta de observación, por no mencionar otros adjetivos más duros. La cosa es que mi humor no es de los mejores, que ando quedándome dormido por doquier y, lo que es peor, me cuesta mucho hacer que me entiendan, Es como si mi potencial argumentativo se estuviera reduciendo, absorbido por el cansancio.
Después de este panorama tan deprimente, vamos a mejores cuestiones, aunque ustedes juzgarán al final, si son tan mejores. Ayer, después de una sesión de práctica especialmente estimulante, fui con una vieja amiga (no una amiga vieja) a ver la, por muchos esperada, “Papelucho y el marciano”. Llegamos justo cuando empezaba la función y decidimos ir a hacer hora hasta que empezara otra completa para poder ver los avances de las futuras películas. La cosa es que fuimos a un lugar cercano al cine, comimos y conversamos harto, hasta la hora de la función.
Nada hacía presagiar lo que vino después. Entramos y lo primero que me disgustó fue darme cuenta de que no exhibirían el trailer de harry potter…. No importa, me dije, supongo que la peli lo arregla. ¿Ay! Ingenuo de mí! Cuando comienza por fin y escucho una voz andrógina reproduciendo los pensamientos del genial chico de orejas grandes….. se me vino la ilusión a los pies!
Esa voz, mezcla de Bart Simpson, carlitos Baldosa y Mampato casi me mata! Y después! El padre de Papelucho diciéndole gorda a su esposa con la voz de Gokú, la domi coqueteando con un gásfiter de un acento mejicanote terrible que reproducía modismos chilenos….. me moría…. Me moría de verdad! Después, fui cachando que si bien se respetaba en esencia la estructura del libro, harto de su cosecha le habían puesto los productores!
-Oooohhhh que dolor! Darme cuenta de que a Papelucho le habían extirpado al siempre odiado Urquieta, para reemplazárselo por una chica (tita) con habilidades científicas! ¡Que desgracia saber que todas las escenas del libro en Valparaíso y Viña, tan chilenas, habían sido sustituidas por una trama heróica en que se va gran parte de la peli! Y ¡qué protagonismo el del choclo! Cómo le dieron importancia al choclo, señor! Y….. la banda sonora! Noooo! No lo podía creer!
No estaba Kuday, por suerte, pero lo que había era terrible! Algo así como….
“Det y yo somos superstars cuando queremos jugar” (…)
En fin. Escúchenla y me podrán contar!
Obviamente, hay algunas cosas rescatables. Primero que todo…. El marciano está re bien caracterizado y hace reír… la relación con papelucho está bien hecha. También la historia es lineal, lo que no confunde al espectador, sin el raconto que hay en el libro. Por último y quizá lo mejor…. ¡Las empanaditas que nos comimos antes!...
No, eso fue un poco mala onda, pero es que me molesta mucho, por ejemplo, que el Chuleta mencione a Help en la película, que aparezca el Jumbo y propagandas de Cocacola sin sutileza ninguna. Entiendo las prioridades del mercado, pero me molesta igual. Al mismo tiempo, se me podría tachar de mala onda, porque critico con los ojos de un adulto. No es así. Sólo me da pena que el modelo de Papelucho que quisieron construir no haya encajado en el de tantos que nos lo imaginábamos de otro modo. Este argumento sigue siendo subjetivo, porque no se puede crear una realidad que nos satisfaga a todos, pero hay cosas de las que se deberían preocupar para poder avanzar de mejor modo. Recomiendo que vayan a verla, pero únicamente, para que podamos discutirla. Quiera Dios que se puedan filmar otras adaptaciones, con mejor suerte y más acierto, sobre los otros libros de la serie.
Okis. Otra vez hablé demasiado, espero no haberlos aburrido y también, leer sus siempre apreciados comentarios. Un abrazo gigante y nos vemos a la otra.

domingo, 13 de mayo de 2007

Con vaqueros y evaluaciones!

Esta mañana me desperté inquieto, porque no avía actualizado! Jeje, pa que vean hasta qué punto estoy paranoico con el deber. Hartas cosas han vuelto a pasar esta semana, porque con la U, el coro, el teatro y demases…. No es para menos!
-El domingo, navegando por ahí, me encontré un libro que, si bien no buscaba, vino a resolver una intriga que tenía hace rato: Cuando se estrenó “Secreto en la montaña” yo quise ir a verla, porque habían hablado mucho de ella y en muy diversos tonos. Nunca fui, por diferentes motivos, pero la cuestión es que este libro me prometía la historia en la que se había basado la peli. Es un cuento triste, pero al tiempo, hermoso y chocante. Estos adjetivos no suelen ir juntos, pero es la mejor descripción que puedo dar de él. Siento que la rudeza y simplicidad de la relación entre los vaqueros, es lo que más estremece, porque resulta muy fácil adivinar la serie de conflictos que se escondían tras la clandestinidad del romance, así como darse cuenta de cómo éstos se quebraban cuando estaban sólos, en las sonrisas, los abrazos y las palabras de afecto. Es muy latente la opresión que sienten los personajes después de su primer encuentro, pero al mismo tiempo, es más latente aún el anhelo que sienten por ese tiempo en la montaña, donde podían ser ellos, sin temores ni prejuicios que esconder, más que los que surgían de hacer algo nuevo, perfectamente transformables por el cariño simple que se profesaban.
La gracia de la historia es que no nos llena de amaneramientos ni literarios ni en los personajes, gesto que se agradece y mucho. Finalmente, lo recomiendo para quienes puedan leer estos cuentos, sin escandalizarse ni juzgarlos, antes de darles una oportunidad. El libro es de la autora estadounidense Annie Proulx y se llama Brokeback Mountain En terreno vedado Historias de Wyoming

-Por otro lado, El miércoles hicimos una función privada y yo, francamente, estuve ahí nomás! Jejeje creo que fue el cansancio y no volverá a suceder! Lo bueno, eso sí, es que volvió a pasar más o menos piola. Con respecto a este mismo asunto, ya se vienen las futuras presentaciones y obviamente, les avisaré, para que no se la pierdan!
-La práctica ha estado muy heavy. Me encanta lo que hago y cada día descubro que valió la pena, porque estar ahí frente a jóvenes que buscan aprender, supone un gran desafío y una tremenda responsabilidad que yo quiero tomar, por encima de la transmisión de conocimientos propiamente, ya que, esa concepción del profesor sabelotodo está bien obsoleta por estos días. Hoy, yo quiero tener algo más que decirles a mis alumnas y alumnos, algo que no puedan encontrar en google o en wikipedia y para eso trabajamos, no para superar a los medios, sino para ser una alternativa que los contenga, pero que sea más.
En fin. Esa es una vieja volada mía. Jejeje. La cosa es que hay un aspecto de ser profe que es complejo. Éste es, obviamente, la evaluación. Puta que es difícil corregir! Yo antes me quejaba por la demora en la entrega de trabajos corregidos, pero ciertamente, es muy complejo el proceso y muy lento además.
-La universidad, cada día con más pega, pero cada día, también, menos motivante! Una pena, como dice un amigo. Lo rico es que dos amigos de la u me han invitado a ver Papelucho, así que prontito les contaré sobre eso.
Bueno. Como se me está haciendo costumbre, hablé demasiado. Espero que ahora lo hagan ustedes. Un abrazo gigante y nos vemos a la otra!