domingo, 27 de junio de 2010

Corregir corregir

Una de las preguntas típicas que aparece cuando me toca hablar de mi profesión, es aquella que tiene relación con la corrección de pruebas y trabajos. Medio en broma, medio en serio, la gente formula sus bien intencionadas dudas y yo, más por educación que por verdadera vocación pedagógica, las respondo con suavidad. No es que me queje, realmente, pues asumo que algunas de ellas pueden allanar el camino y todo eso, pero otras están bien lejos de aquello y obedecen, muchas veces, a una curiosidad poco hábil y levemente morbosa.
En mi período de silencio, cuando buscaba trabajo, pude apreciar lo necesarias que eran estas interrogantes al momento de construir las confianzas con los directivos de colegios, pero también pude comprobar lo dañina que podía ser la forma de preguntar, lo destructivas que muchas veces son las maneras que la gente tiene para disfrazar la falta de conocimiento. En todo caso, las prefiero a que se queden sin saber y se pierda la oportunidad de romper los prejuicios.
Bueno. Una de las cosas que más les interesa averiguar es cómo corrijo pruebas, cómo corrijo ortografía, cómo controlo, cómo uso la pizarra, etc. No es objeto de este post responder a todas estas preguntas, pues entonces arruinaríamos los secretillos del oficio. Sólo diré que la forma tradicional de corregir pruebas es contar con la inestimable ayuda de un corrector/a que quiera trabajar contigo, leer y poner lo que tú indicas. En mi caso, gracias a Dios, ha habido siempre gente bien dispuesta, a la que no le complica ayudar y que incluso hace mucho más que eso.
Este finde, contra todo pronóstico, he tenido que revisar muchas muchas pruebas, pues la carga de trabajo que me corresponde ha aumentado mucho. Conscientes de ello, las personas que me ayudan consiguieron que los dos días que hemos corregido sean sumamente gratos, pues todo el cariño del mundo, la buena onda, la paciencia y otras cosas, sumados a un potente kuchen de frambuesa el segundo día, son razones más que suficiente para pasarlo bien corrigiendo.
Es que en el acto de ayudar hay tanta delicadeza como en el acto mismo de pedir la ayuda. Ellos han conseguido que yo nunca me sienta incómodo, ni al pedir ni al estar en el proceso mismo. Parecen ser conscientes de que para mí tampoco es tan simple tener que depender de ellos en alguna medida. Creo realmente que las personas que logran comprender eso y lo aplican al momento de ofrecer la ayuda, dan un potente paso, porque entonces la ayuda es humilde, centrada realmente en el otro y no en uno mismo.
Es bien complejo el tema de pedir y dar ayuda y podría darnos para mucho más. Yo sólo quiero agradecer, seguir pidiendo paciencia y mandarles un tremendo abrazo a mis ayudantes favoritos y también a la gente que me ofrece ayuda todo el tiempo, al margen de si la puedo aceptar o no.
Para los demás, un tremendo abrazo y nos vemos a la otra.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

liiiiiiindo amigooooooo
te kiero mucho! me encanta ofrecerte mi ayuda, porque sé que lo pasaré bien en el proceso.

siempre tendrás gente que te apoye, porque tú eres una buena persona y siempre estás dispueto a ayudar =D...
así son las relaciones: recíprocas.

besos.

elalcaravan dijo...

que bueno que tengas gente que te ayude, además te lo mereces, me imagino lo tedioso que debe ser corregir pruebas, saludos.

whoa great bananas! dijo...

El otro día estaba megatapado en pega y le pedí ayuda a mi jefa directa.
Digamos, tengo que revisar unos 30 documentos culiaos y ella, en su profunda bondad, me ayuda con dos. Dos weás cortitas. Y nada más.
Lo digo como anécdota solamente.
No insisto en nada acá: es rico que te ayuden. Aunque a mí me cuesta aceptar ayuda o sentirme bien con ella (cuando se trata de temas laborales, claro; en otros temas no me importa y la aprecio doblemente).
Deberías hacer un manual pedagógico para maestros ciegos, escrito con duro acento andaluz y con técnicas que quedaron obsoletas hace treinta años. Estoy seguro de que sería un éxito de ventas.
Aunque ya en serio, supongo que habrá libros del tema, pero igualmente debe ser chori poder escribir algo así. Hazlo. Te lo ordeno.

Remus Albus Vel dijo...

Muchas gracias por comentar.
Catita: Sí. Tú eres de las personas que me brindan ayuda sin que la misma resulte pesada. Muchas gracias por la buena disposición de siempre.
Alcaravan: Gracias muchacho. Espero todo esté bien por tu vida.
Tetsu querido: No creo que escriba algo así, a decir verdad, quizá porque me traumé con nuestro fallido intento de presentar al mundo la teoría del "piso li´ngüístico"
Saludos.