martes, 20 de julio de 2010

Vacaciones

Creo que una de las cosas más tremendas de vacaciones es la sensación rarísima que sobreviene al principio. Eso de sentirse casi mal al no tener nada que hacer; es como si se hubiese olvidado algo, como si el cuerpo mismo te pidiera realizar alguna tarea. Yo, que acostumbro a dormir poco, sufro trastornos del sueño y casi “hago las noches días” leyendo y conversando.
La cosa es que, afortunadamente, me impuse al semestre y estoy viviendo las anheladísimas vacaciones. Han sido días de mucho leer, mucho comer, mucho reírme, mucho cantar e intensas conversaciones con amigos y familia. Obviamente, viajar a Linares siempre es para mí una renovación, pues por allá hasta el aire huele distinto, las gentes se ríen diferente, con más ganas y la comida sabe mejor. Creo que ya he comentado que el cariño que se siente estando allá siempre ha sido un poderoso imán para mí y que si yo pudiese, me iría a vivir en esa ciudad pequeña, de helados ricos y gente amable.
Cada vez que pienso en la posibilidad de vivir en linares, me sonrío y recuerdo las voces escépticas y casi sonrisosas que hablan de “estancamiento “pocas alas” y cosas por el estilo, pero no tengo más que decir a mi favor, que el hecho incuestionable de que la vida allí es más tranquila y está más llena de pequeños placeres. Tengo muy claro que las posibilidades están acá, en el “centro de Chilito” pero amo mi ciudad natal y espero poder siempre volver por allá. Jaja, ¡todo un Sam romanticón enamorado de su comarca!
Tiempo para leer no me ha faltado, porque esa es otra cuestión rica de viajar. Para quienes no nos divertimos mirando la despampanante geografía Chilensis, leer un librito es claramente la opción. Estas vacaciones me atrapó Mario Puzo y su celebérrima novela “El padrino”. ¡Qué libro más entretenido! Los personajes son creíbles, odiables, entrañables y admirables. Creo que mi prejuicio contra las películas y libros de mafias, gángsters, crímenes y esas cosas, me estaban privando brutalmente de esta súper novela. Y es que el Nueva York de los años 40, las luchas entre poderosas organizaciones criminales, la suerte de ciertos inmigrantes y el archifamoso “sueño americano” coexisten en una trama vertiginosa, que atrapa sin remedio y que a mí, personalmente, me dejó con gusto a poco.
Como no podía ser de otro modo, Vito Corleone me alucina actualmente y estoy todavía baboso con su capacidad para manejar los hilos, pero por sobre todo, con la capacidad que tiene para manipular a la gente. Ese es otro elemento que permite amar la novela, a mi modesto juicio, claro. Los personajes son “Mafiosos” pero carecen de la moral maniquea que uno podría esperar ilusamente. Aquí los valores se cuestionan, se supeditan a los personajes, dándole más veracidad a la trama. Vi la película, naturalmente, y me gustó mucho, principalmente la música.
Me quedan algo así como tres días de vacaciones. Quiero descansar un poco más, de forma que las pilas estén ultra cargadas para enfrentar este semestre. De momento es todo. Les dejo un tremendo abrazo y nos veremos prontito.

PS: Fui al fonoaudiólogo y me ha permitido volver a cantar. Eso me hace muy feliz y me permite dejarles también este pequeño enlace. Disfruten.

http://www.youtube.com/watch?v=Lkpbu00_7k0&feature=related

3 comentarios:

LC dijo...

Comparto tremendamente esa sensación de vacaciones.
Me ha costado acostumbrarme a la idea de perder el tiempo y descansar, cuando siento que debería hacer algo productivo. Tomar la actitud de "vacaciones" me toma un tiempo, el problema es que cuando logro asumir esa actitud distendida, ya es hora de volver a clases, al menos en las vacaciones de invierno.

Remus Albus Vel dijo...

Querida Layfan:
Qué alegría verte por acá! Ciertamente, lo de las vacaciones es un cuento raro y realmente, deberían darnos más vacaciones de invierno, sólo para darle a nuestro cuerpo tiempo para disfrutar como es debido.
Un tremendo abrazo querida y no te pierdas.

elalcaravan dijo...

como dice la canción: todos vuelven a la tierra donde nacieron, al embrujo incomparable de su sol. Pese a ser santiaguino, por el clima me gustaría el norte