sábado, 18 de septiembre de 2010

Fiestas patrias

¡Vaale! Sé que reiteradamente había prometido no callar por demasiado tiempo; también sé que había mencionado mi interés de comentar los sucesos significativos. Pero lo cierto es que la pega ha dicho otra cosa y con suerte tengo rato para dormir como Dios manda.
Lo cierto es que son bonitos tiempos, con esto del bicentenario y las fiestas patrias. La gente anda toda feliz, endieciochada y con ganas de comer cosas ricas. Parecen haberse tomado muy en serio el asunto de los doscientos años y celebran y celebran. Yo hasta aguinaldo recibí, no como me hubiera gustado, pero bueh, que “doscientos años no se cumplen todos los días”.

Estas son fiestas que me gustan mucho, como creo que alguna vez comenté. Me encanta la música folclórica, la comida chilena, los intentos de bailar cueca que realizan mis parientes y quizá más que todo eso, la buena onda que tiene la gente en todas partes. Afortunadamente, tuvimos vacaciones en el colegio y eso me ha permitido descansar, pero también pensar. Le he dado vuelta a varias cosas, pero no sé si sea pertinente detallarlo demasiado. Básicamente, cuestionamientos sobre el sistema de vida que llevamos, el tiempo de calidad, las proyecciones de futuro, la toma de decisiones, etc. No es alegre la reflexión, pero necesaria, supongo. Habrá tiempo para hablar de ello, no oscurezcamos estas fiestas.

Por estos días, me siento muy conectado con “La tierra” en ese sentido natural y primero, que se traduce en caminar por parques, comer frutas, sentarme a tomar el aire que anuncia la primavera y compadezco profundamente a los alérgicos, que ya están padeciendo por estas épocas.
Ahora mismo hay movimiento en mi casa. Preparan empanadas, encienden fuego para el asado y suena Santiago del nuevo extremo con “a mi ciudad”. No puedo evitar sonreír y agradecer. Mi familia goza con esta fiesta y aunque mi hermana está lejos, sé que buscará un lugar donde comer algo típico o bailar un poco.

Realmente espero que disfruten estas largas fiestas; que bailen, canten, coman, tomen lo necesario, se rían mucho y junten la energía necesaria para terminar el año. Desde acá un tremendo abrazo especialmente a los mineros atrapados, a los comuneros mapuches y a los compatriotas que no están en Chile para estas fiestas. ¡Mucha mucha energía!

A quienes visitan regularmente este pequeño rincón, intentaré escribir con menos espacio entre posts, pero más breves.

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