domingo, 10 de mayo de 2009

Literatura y emociones

“y morirme contigo si te matas,
y matarme contigo si te mueres,
Porque el amor, cuando no muere mata,
Porque amores que matan nunca mueren”.
(joaquín Sabina, Contigo”.

Eso canta el famoso español y no sé por qué, pero esa voz rasposa, con una letra siempre pertinente y golpeadora como un puñetazo, me ha acompañado a lo largo de todos estos días; no necesariamente porque tenga alguna relación con lo que he estado viviendo, pero parece no querer irse e insistir en traerme a la cabeza una conversación que tuve con dos colegas del colegio una tarde excepcionalmente fría.
“Qué maravillosa esa canción” decía yo en mi estilo siempre hiperbólico. “Qué heavy que aún cuando él no quiere nada de lo que regularmente se asocia al amor, sí lo quiere todo, sí espera en el amor, más que cualquiera que funda su querer en los clichés y en lo romántico por defecto, así, al más estilo postmoderno.
“Sí, pero es que al parecer, siempre hay una persona, un amor, que uno sabe que no puede ser, y con quien no se puede compartir nada, por cualquier circunstancia de la vida. Pero al mismo tiempo, uno sabe que aún cuando podemos estar felices, con otra persona y ya realizados, podríamos dar la vida y hacer lo que fuera por esa persona.”
Esa idea (parafraseada por mí ahora) realmente me mató y el silencio que cayó sobre nosotros fue mucho más elocuente que cualquier otra cosa que hubiésemos podido decir. Yo realmente no sé, pero este español me tiene atrapado en su escritura y es que cada vez que escucho la canción, se me humedecen los ojos y ruego, por que no tenga algún día que decirle a un lejano “Corazón cobarde” que no quiero nada, pero que lo quiero todo. Prefiero creer ingenuamente, que puedo ayudar a perder el miedo a ese corazón, y atreverme a perderlo yo también, para que pudiésemos buscar juntos ese “todo” tan lejano del hábito y del cliché.
http://www.youtube.com/watch?v=lpit8YCjrik
Avanzó así la tarde y el frío contribuyó a que el mero ejercicio de construir una prueba sobre “la odisea” se convirtiese en un extraño coloquio sobre Ulises y su “desvergüenza” y la siempre fiel Penélope, tan “inverosímil” por estos días. Cuestionábamos su esencia de personajes tipo y pronto, sin previo aviso surgió la interrogante literaria, que se abrió camino en nuestras cabezas, haciendo caso omiso de que en la mía, nunca son del todo bienvenidas.
“¿Habrá en la literatura un personaje masculino que encarne de modo similar la fidelidad y espera de Penélope?”
Le dimos un par de vueltas, pero no pudimos encontrar y cualquier idea al respecto será muy agradecida. Así corrió la tarde y yo me quedé pensando, con algo de nostalgia, bien acorde con el frío que se intensificaba.
No se ha querido ir esta conversación y aún cuando estos días han estado lleno de emociones fuertes, sigo jugando a encontrarles más recovecos, quizá, porque tal vez, es un ejercicio más grato que darle vueltas a padres enfermos y vocaciones con agujeros de gravedad. Obviamente, suena a evasión, pero vamos, ¿Quién no se ha sentido un poco incapaz de comentar sucesos que están aún en desarrollo?
De momento, sólo puedo decir que mi madre ya está bien y que todo su proceso me ha servido para pensar muchas cosas; que estoy agradecido de toda la gente que me ha acompañado en este tiempo y que espero, de verdad espero poder salir de este rollazo con el trabajo, que me tiene bien complicado y del que pronto hablaré en extenso.
Ahora, vaya un abrazo gigante a todos los que leen esto. Muchas gracias y nos veremos a la otra.

4 comentarios:

Li Girasol dijo...

Me mataste Castillo Palma!!!!

Por qué cresta debías escribir sobre justamente lo que estoy pensando? Aunque podamos ser felices, muy o no tan felices, siempre, pero siempre existirá esa personas por la que sería capaz de dar mi vida si me necesitara y, dicho sea de paso, siempre me arrepiento de haber sido tan pendeja y no haber valorado nada de lo que tenía por ese entonces.

Ahora soy feliz, pero siempre, siempre estará en mí.

Te quiero de aquí al sol!

Cristian dijo...

uuufs, que fuerte man, lo había leído, pero resién ahora me atrevo a decir que es muy sierto, ruidos, temores, ignorancias quisá, alimentan un miedo que no es acorde con el tiempo, pues el tiempo pasa y aveces no nos atrevemos, espero que así como pasa el tiempo, no pase la vida, para aquellos que aún no se atreven a amar....

saludos afectuosos, y dile a esa personita que te quiere de aquí al sol, que mejor sea hasta la luna, porque sinó, se puede quemar :).... yaa, no pelo mas cable y me voy... saluditos man...

Unknown dijo...

Si no me equivoco, eres quien creo, llegué desde un mail a este blog y, como cuando conversamos, aquí estoy diciendo algunas palabras.

Remus Albus Vel dijo...

Gracias por sus comentarios.
Li. Es curioso que entre tanta pega que tenemos, aún nos quede tiempo pa coquetear con la literatura. Gracias por visitarme, linda, y dale con tus escritos todo el tiempo que sea, aunnque la vida se nos diluya entre tanta cosa. Abrazos grandes.
Winer. Sipu, son esos temores brígidos los que no nos dejan, pero estimado muchacho, nuestra última conversación me dejó intranquilo y quiero verte mejor. Dale al deporte, cauro, porque eres bueno y créate también tu blog mira que hay harto que decir. Muchas gracias por visitarme.
Maili. Mmm.... si eres quien creo es todo un honor que me visites y me encantaría que lo hicieras cada vez que puedas, aunque entre tu ocupadísima vida ya es bacanoso que hayas venido.
Abrazos grandes, queridaa.